EN EL AMOR QUE TIPO DE PAREJA ES UD.
El amor es un arte; un estado de desarrollo superior de humanidad. ¿Como lo vive Ud. Románticamente, fusionado al otro, como complemento uno del otro o en la alteridad. ?
Por Omar Ramírez. Terapeuta familiar
Tal vez no haya aspecto humano sobre el cual se haya escrito y hablado tanto como lo es sobre el amor. Todos, cualquiera, tiene algo que decir sobre el. El ser humano- en cuanto humano -es porque puede experimentar amor. Pareciera también que no podemos existir sin el. Cual sea, la forma de entenderlo y practicarlo constituye la fuerza motivacional básica de la existencia. No tan solo en la relación entre parejas sino que lo requiere la sociedad en lo relacional y como se desarrollara -mas adelante- en la filiación eterna con Dios.
Sin duda, se trata del sentimiento mas característico de la naturaleza humana por qué exalta, energiza, vivifica y da sentido a todo quehacer existencial. Pareciera que, constituyera todas las perfecciones susceptibles de ser halladas en un carácter completo. El amor permite ver al otro en su dimensión más comprensiva y prístina, en humanidad y espiritualidad trascendente. Sin embargo, la expresión mas genuina de humanidad se halla en la relación social. Esta característica de vivir en relación con otros es el fundamento de toda la existencia.
“El amor, o si no queremos usar una palabra tan fuerte, la aceptación del otro junto a uno en la convivencia, es el fundamento biológico del fenómeno social; sin amor, sin aceptación del otro junto a uno no hay socialización y sin socialización no hay humanidad. Cualquier cosa que destruya o limite la aceptación del otro junto a uno, desde la competencia hasta la posesión de la verdad, pasando por la certidumbre ideológica, destruye o limita el que se dé el fenómeno social, y por tanto lo humano, porque destruye el proceso biológico que lo genera.” ( Maturana y Varela, 1984, p. 163)
El como vivimos y que relación debemos que tener con los demás es una comprensión que se inicia desde el nacimiento. Donde; ser humano es una característica aprendida y educada entre humanos.
Sin embargo, el amor que esta en el corazón de cada persona es el que nos dimensiona para amar a los demás y para amar a Dios y a nosotros mismos. Por ello, el mandato: amaras al señor tu dios con toda tu mente con todas tus fuerzas es un mandato primigenio incrustado en nuestros espíritus que nos revela a nosotros mismos. A cada cual, su verdadera naturaleza. Pues somos fruto del amor. Entonces, cuando amamos estamos iluminados en esa lumbre y podemos ver realmente. Así, sucede que podemos decir que entendemos, cuando se escriben frases como esta: “El amor es invisible para los ojos, solo se ve bien con el corazón”. A.Saint Exhupery “El Principito”(2001)
Cuando amamos estamos listos para casarnos. Porque estamos iluminados, enamorados profundamente de alguien. Porque eso, es descubrir la belleza del otro. En ese acto, están dados los fundamentos para el amor mas extraordinario, la fuerza motivacional que altera en lo mas central a un ser humano.
El amor conyugal
El amor conduce naturalmente al matrimonio. Allí alcanza su plenitud la especie conocida como el homo sapiens sapiens. Porque es un lugar de despliegue de las peculiaridades específicamente humanas, que se desarrollan y se conservan en la cercanía, la caricia y el apego. Cuyo fundamento contribuye en la identificación y construcción de las bases fundamentales de lo familiar y social. Mientras se es hombre y mujer respectivamente. De ese modo, la tierra se ha poblado por generaciones. No ha sido por otro medio, sino por sucesiones familiares que se han amado y trasmitido transgeneracionalmente sus peculiaridades, conservando sus estructuras de supervivencias como hombres y mujeres singulares. Cada pareja en el transcurso del tiempo le dio características particulares a la relación que juntos construyeron pudiéndose distinguir en el concierto de lo social algunas de ellas. De ese modo: ¿Que tipo de pareja es Ud. ?
El amor romántico
Del amor romántico a la fusión
Sabemos bastante del tipo de amor conocido como amor romántico. De algún modo, cuando adolescente nos hicimos la imagen de un amor como ese. Es el tipo de amor novelesco con el cual alguna vez soñamos. Lo vimos seguramente en el cine vivido de un modo espectacular con escenas de celos, conquistas y finales felices cinematográficamente logrados. Generaciones se vieron envueltas en una forma de ver y vivir la expresión amorosa de este afecto o sentimiento. ¿Quien no quiso vivir el amor de algún modo parecido.? Del modo en que, nuestros abuelos se amaron en la visión de un paradigma social definido y enceguecedor que solo resiste una época. Porque, cuando están en juego los sentimientos reales y uno es rechazado, engañado o de algún modo, herido o definitivamente amado, es un asunto singular. El como vivimos o repetimos lo vivido por otros en la impronta de lo socialmente construido es un asunto personal que solo tiene que ver con nosotros mismos. Así cada época actualiza o construye un ideal que se vive individualmente como costumbre o moral denominada, ethos epocal.
Pareciera que, es estupendo vivir ese amor y parecen ¡Dichosos los que lo experimentan! O lo que es mejor que el amar o enamorarse fuera así o como parece que es, según se ve.. Pero, la realidad al vivirse se encarga pronto de enseñarles a los enamorados. Que ese tipo de amor no es más que una etapa que conduce hacia otro tipo de amor que parecía oculto: el amor como fusion.
El amor romántico es un periodo breve y cuando se lo lleva a toda una relacion se vuelve una situacion tormentosa. En el, parecen verse en desarrollo próximo todas las pasiones ,deseos esperanzas y locuras vividas como fantasía mientras somos jóvenes. Proyectando todos nuestros anhelos y deseos en nuestro futuros cambios. El amor romántico es una breve etapa que no sobrevive al cortejo.. Porque es el amor que sirvió para conocernos en la fascinacion. Cuando cada cual solo mostraba su mejor plumaje exterior.
La pareja fusión
El amor romántico es el camino que conduce a la pareja fusión. En ella, lo que cuenta es el nosotros. Porque solo se aspira a formar un solo ser; una sola persona y suprimir toda distancia. y se cree que el amor es eso. La pareja se repliega en su afecto. Se asegura, evitando toda clase de conflictos. La magia de esta fusión disipa las diferencias, pero sólo por algún tiempo ya que ciega, como el relámpago; cuando la tormenta aún no ha pasado. A la larga, ese tipo de amor mata a la pareja, porque lleva el supuesto de una pérdida de la identidad y de la autonomía personal.
En la fusión se pertenecen tanto que al fundir sus deseos, lo hacen en la apropiación, donde el uno es posesión del otro.(de su propiedad) Lo que llevado al extremo, los conduce a perder su autonomía para darse en la libertad de manera imposible.
El amor fusión rehúsa la ausencia; quiere la proximidad a toda costa. Hay pérdida de identidad y de autonomía, porque el uno se pierde en el otro fundiéndose. No se disfruta de libertad más que en el otro. Esta clase de amor se habitúa mal a la duración. Esta pareja no es una unión de dos personas autónomas, libremente entregadas la una a la otra. Porque la unidad del nosotros se impone al crecimiento del yo individual y en eso consiste su fin .Porque ,No podemos ,sino ser seres independientes que en caso del amor nos donamos al otro(nos damos incondicionalmente)
La salvaguardia de esta unidad del nosotros que se da en la pareja fusión ha sido a menudo estimulada por la Iglesia según las palabras bíblicas, mal entendidas: «Los dos serán una sola carne» (Gén 2,24). Esas palabras significan sobre todo que el hombre y la mujer, aunque diferentes, poseen una misma naturaleza humana creada por Dios, fuente de todo amor . Los dos no forman más que una carne en el amor e intimidad . Pero siguen siendo siempre dos, en sus mentes y en sus cuerpos. Como sea, continuaran inevitablemente con sus diferencias. La unidad de una sola carne es posible cuando las diferencias son superadas por el amor, lo cual no es nada permanencia sino un aproximación bajo ciertas circunstancias circunscritas a determinados estados o momentos.
El modelo de la pareja fusión no es el amor que se enseña en las escrituras del Dios amor. Tal como nos lo revela el Nuevo Testamento. El de Jesús en la cruz, que vive la ausencia y la soledad, no la fusión y el ensueño: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27,46). Es un amor que pasa por la renuncia al mundo de la fusión. Esta renuncia se vive cuando el amor de la pareja promociona las diferencias, acepta las crisis y los defectos, no utiliza ni controla al otro como un medio para conseguir sus fines; es el amor alteridad, que veremos luego.
Los esposos no pueden edificar el resto de su vida conyugal sobre el amor pasional romántico de los primeros meses. La realidad cotidiana va a encargarse de demostrarles que no es posible colmar todas las necesidades del otro. Que no se puede permanecer siempre en éxtasis ante el otro. Adquirirán una mayor madurez y apostarán por el presente en lugar de aferrarse a revivir el amor del pasado de sus comienzos. Evolucionarán juntos, dentro de sus diferencias, desprendiéndose de la imagen idealizada que cada uno se había formado del otro para realizar la suya.
Amar de veras es todo un arte; requiere tiempo, paciencia, disciplina, gratuidad, superación, entrega de sí. Donación desinteresada al otro. El amor romántico no es más que el principio del amor . El sendero se hace o se construye al caminar juntos en la diferencia. Y principalmente en el respeto por esas diferencias.
La pareja complementaria
La gente se casa para ser feliz. En esta búsqueda de la felicidad, el amor es la senda por excelencia. Pero cada uno tiene su historia personal. Al vivir en común es cuando los cónyuges se percatan de las diferencias que los separan: «Me parece que has cambiado mucho». ¿No es más bien la imagen idealizada que me había forjado del otro lo que ha cambiado? ¿Qué hacer con las diferencias, que amenazan una posible fuente de conflictos? ¿Evitarlas? ¿Asumirlas? ¿Superarlas? ¿Respetarlas? El camino que se tome es crucial porque ese camino esta determinado por como entendemos el amor y eso tiene que ver de como fuimos criados; de lo que vimos hacer en casa a nuestros padres mientras se amaban o se complementaban o se soportaban en la fusión.
Hay parejas para las cuales ser feliz es parecerse. Buscando la igualdad y empatar. Hombre y mujer nunca seran iguales. Pero, esa discusion es para otro articulo. Baste decir que, si una mujer creyendo eso. Se embarca en una convivencia, ella sera la que pierda siempre, porque no es igual al hombre. Si no, alli lo aprendera con dolor.
La teoría de la media naranja
El matrimonio es una union completa, lo que intente dividir sera desechado y como asi aun somos diferentes pareciera que podemos complementarnos. ¿ no somos en el amor complementarios? ¿No es el otro la mitad de mí mismo? (la media naranja)
Entonces, La pareja complementaria llega a ser una alianza de dos insuficiencias: uno se convierte en complemento de la insuficiencia del otro. Porque se toma del otro lo que nos falta. El otro no está, pues, nunca entero. La consecuencia es que se espera demasiado de él. Porque siempre falta algo que no queremos hacer. Y como el otro no puede darnos lo que nos falta, surge la frustración por ambos lados. A fuerza de contar con el, el otro no desarrolla las dotes propias. y nos cansamos de una espera que nunca llega y que mantenemos quejándonos de ella continuamente.
El nosotros es también muy importante en este modelo de pareja: ¡El hombre y la mujer no son mitades! Sólo se funciona bien juntos, pues ninguno se basta a sí mismo. La pareja se vuelve cautiva de sí misma; cada uno con su cometido. Sin embargo, ¿por qué lo que hace uno, no va a poder hacerlo el otro.? Es que siempre esperamos que los demás hagan las cosas que faltan y esa insuficiencia siempre esta en el otro. Satanás sabiendo eso -en un futuro próximo- lo usara para separarlos. Cuando se dice lo que Dios a juntado no lo separe el hombre. Pues bien, Satanás esta ahí para hacerlo. El que escucha sus argumentos, pues lo hará. Esa queja y replica sera suficiente en el tiempo para arruinar una bella historia donde eramos enamorados.
Es difícil cambiar ese modelo de pareja complementaria. Frecuentemente, uno de los consortes se beneficia de ese modelo, y por ello no quiere cambiar. Para conseguirlo, manipula al otro recurriendo a los sentimientos de culpabilidad, cuya arma principal es la censura, la queja y la critica en nombre del amor o de la libertad: «Si me quisieras, harías esto por mi »; «si me quisieras, no me harías esto».
La madurez
Pero toda pareja evoluciona. Los consortes pueden darse cuenta de que su maduración es más importante que la complementariedad paralizadora, y que no pone en peligro la unidad del matrimonio. Amar es también querer el crecimiento del otro -en cuanto tal- es contar con la esperanza de crecer día tras día, como dos árboles, respetando dos libertades que se forjan en la unidad y la cercanía.
La pareja alteridad
Alteridad: (del latín alter: el "otro" de entre dos términos, considerado desde la posición del "uno", es decir, del yo ) es el principio filosófico de "alternar" o cambiar la propia perspectiva por la del "otro", considerando y teniendo en cuenta el punto de vista, la concepción del mundo, los intereses, la ideología del otro. Y no dando por supuesto que la "de uno" es la única posible.
El termino “alteridad” se aplica al descubrimiento que el “yo” hace del “otro”, lo que hace surgir una amplia gama de imágenes del otro, del “nosotros”, así como visiones múltiples del “yo”. Tales imágenes, más allá de las diferencias, coinciden todas en ser representaciones más o menos inventadas de personas antes insospechadas, radicalmente diferentes, que viven en mundos distintos dentro del mismo universo. El descubrimiento consiste en que me encantan esas singularidades en ese otro.
El vivir en el mundo; en el mundo donde estamos en competencia por apropiarnos de cosas y juntar posesiones y objetos y luego consumirlos. Sin hacer la debido distinción pareciera que también pudiéramos sacar provecho de las personas, amistades, cercanos e íntimos y establecemos relaciones depredadoras con los demás. Nótese que son “nuestra” esposa o esposo “mi” amigo o amiga. Como si fueran nuestros cosas y estos fueran un objeto mas. Una transacción conveniente.
Mecanismos visibles
Eso ocurre cuando nos fusionamos, queremos poseer al otro. En la complementariedad nos asociamos al otro y cada cual pone equitativamente . Ocurre que de pronto llegamos a pensar que estamos dando mas nosotros y empieza en un conflicto. De control y exigencias.
Por ello, en la alteridad es el amor mas perfecto porque en el nos damos al otro sin pensar en retribución, ni conveniencia, ni igualdad, ni equilibrio ni en el te doy y me das.
Es el amor sufrido de que habla Pablo. Allí, el otro sigue siendo como es; una individualidad con sus características propias. No queremos cambiarlo, ni que ceda o convenga con nosotros. Simplemente ambos nos conservamos como somos explorándonos y descubriéndonos en la riqueza del ser en el respeto mutuo. Mientras, todo su ser migra voluntariamente y dado libremente sin pedir nada a cambio al otro en un amor fluido e incondicional. Gozándonos mutuamente en la perfección del amor terrenal, dando de lo mejor de cada cual en constante renovación. Sacando de las fuentes infinitas del ser. Es que se juntan dos mundos diversos en su misterio inconmensurable.
Matin Buber* dice: “La relación infinita y que es una verdadera interacción es la que se denomina: yo–tú. El ser en contacto con el otro es una forma dialógica. Al decir yo, se supone también la existencia de un tú, de algo exterior que se diferencia pero que converge. En nosotros “No hay Yo en sí, sino solamente, el Yo de la palabra primordial Yo–Tú [y] La palabra Yo–Tú establece el mundo de la relación.” *Martin Buber (Viena, 8 de febrero de 1878 - Jerusalén, 13 de junio de 1965) filósofo, teólogo y escritor judío austríaco/israelí, es conocido por su filosofía de diálogo y por sus obras de carácter religioso. Sionista cultural, anarquista filosófico, existencialista religioso y partidario de la partición de Palestina y de la unión entre israelíes y palestinos.
Como se llega a la alteridad
La pareja comienza normalmente su vida conyugal en el paraíso del amor romántico. Desde la fusión y la complementariedad a menudo es largo el camino que conduce a las cercanias de la alteridad, donde el otro es reconocido y amado en cuanto otro per se. La pareja tiene más posibilidad de durar si opta por la alteridad, porque renuncia a la ilusión de la semejanza por la diferencia.
Pero antes de dar este paso, la pareja debe renunciar al paraíso del amor romántico, de la imagen que los consortes han proyectado el uno sobre el otro. Hay que romper con la fusión; y esta ruptura, como toda renuncia, causa sufrimiento. Cada uno es invitado a aceptar esa laceración en vez de empeñarse en colocar al otro sobre un pedestal.
Para vivir la alteridad en el matrimonio, es importante que ambos cónyuges estén de acuerdo; de lo contrario, uno se sentirá abandonado por el Otro, Si los dos aceptan sus diferencias, se abrirán más a los otros. Los talentos de cada uno podrán fructificar, para mayor alegría de todos. Cada uno en la pareja le permitirá al otro existir plenamente, de acuerdo con su verdad interior. El matrimonio será entonces lugar de liberación. Y no de opresión, control, celos ira y rabia acumulándose en una galopante frustración personal.
Reconociendo sus diferencias, los cónyuges viven en una mayor intimidad. Sin fingimientos, sin ocultar ni negar nada de cada cual. Se permiten VER más vulnerables porque son ellos mismos, sin perderse en el, otro sin buscar sus defectos. No tienen nada que perder, y todo que ganar: el Amor. Este amor se manifiesta en gestos de ternura y de perdón. Cada uno se convierte en el confidente y el sostén del otro. El amor ágape o caridad resulta posible, según lo describe Pablo: «El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera» (1Cor 13,4-7).
Alteridad en
La relación amorosa de la pareja es homologable a la relación con Dios: ¿qué pareja formamos con Dios? ¿Una pareja de fusión, donde todo lo espero de Dios sin hacer nada? ¿Una pareja complementaria, donde Él está ahí sólo para suplir mis carencias? ¿Una pareja de alteridad, donde dejo que Dios sea Dios, es decir alguien que respeta mi libertad y que me deja ser lo que soy y usar mi albedrio?
La misión de la pareja y de la familia cristiana es mostrar que el amor que viven los humanos revela la unidad de amor de la Trinidad. Ese testimonio pasa por los enfrentamientos de caracteres, las realidades sociológicas, las crisis económicas, los acontecimientos sociales, los carismas de cada uno. En la tierra abonada de esas realidades del mundo es donde la pareja cristiana, que es también una realidad de la vida en sociedad, puede ejercer una verdadera fecundidad encarnando los valores del evangelio y mostrando así que Dios es amor .
El amor en las escrituras (ágape y eros)
El término ágape, que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento, indica el amor oblativo (donado) de quien busca exclusivamente el bien del otro; la palabra eros denota, en cambio, el amor de quien desea poseer lo que le falta y anhela la unión con el amado. El amor con el que Dios nos envuelve es sin duda ágape.( incondicional) Desgraciadamente, desde sus orígenes la humanidad, seducida por las mentiras del Maligno, se ha cerrado al amor de Dios, con la ilusión de una autosuficiencia o igualdad que es imposible ( Gn 3,1-7).
Recapitulación
De cualquier modo, los seres humanos somos únicos a pesar del peso ambiental hacia comportamientos culturalmente homogéneos. Cada cual, sabe que es “uno” separado y diferenciado. No obstante, muchos necesitamos como imperativo psicológico básico completarnos en otros. Argumento fusionista según Kerr, al vivir con padres fusionados con las características de alguien, que llegamos a amar y que creemos que nos falta, porque nos considerados incompletos, según la vieja concepción platónica en el mito del andrógino. Pocas excepciones la constituyen familias pobremente diferenciadas que en el camino del vivir no superen este impulso dominador que somete a interdicción su relación de pareja (Kerr.1981)
El argumento de fundirnos en el otro o completarnos como media naranja que fuésemos, parece dulzón y romántico. También, atractivamente deseable en el periodo de galanteo que no se puede vivir así. A poco caminar se descubre, el compañerismo, el respeto de los espacios y los tiempos personales que secuencian y enriquecen la estabilidad, al vivir las riquezas de las diferencias. De ese modo, según Bowen, Kerr y Fogarty (1976) se distinguirán como personalidades únicas. Asi, aprenden a “diferenciarse” o se “fusionan” tormentosamente hasta la estabilización en un carácter logrado hacia la independencia adulta autónoma.
Por su propia naturaleza, el ser humano necesita de la cercanía de los demás, para saber quien es, vivir y conversar en redes de conversaciones permanentes, recurrentes, socializadoras, reconstructivas y amorosas. Solo así, podemos vernos y saber que maduramos. Al saber que le pasa a los demás, podemos saber que nos pueda pasar a nosotros mismos. El cara a cara nos pone frente a frente; frente al amor, al dilema, al odio, a la agresión. También a la alegría, la paz y los acuerdos. La existencia del prójimo nos descubre a nosotros mismos. Solo así, nos hallamos y damos cuenta de lo que somos capaces y como somos realmente, al vernos en los demás como distintos y legítimos en nuestras diferencias. Darnos al otro amado en mi distinción y en la de el o ella es un amor como el que describe pablo que todo lo soporta porque es incondicional el otro nada debe hacer para que yo lo ame lo amo como el es. en su libertad y en la mía.
Para la reflexión en pareja:
¿Con qué modelo Ud. se identifica más?
¿se siente cómodo en su relación o cree que tiene que evolucionar?
¿Qué papel ocupa Dios dentro de su pareja?
Bibliografia
1.- Alwin & Solar. Trabajo social familiar. Ediciones Universidad Catolica.
2.- H. Maturana 1988. Ontologia del Conversar.
3.- Kerr y Fogarty “family evaluation” N. Y. (1998)
4.- Bowen M “de la familia al individuo” paidos (1991)